¡Ay, los que se creen graciosos poniendo tuits machirulos! Esos comediantes de la Edad de Piedra con conexión 5G. Van por la vida pensando que están innovando el humor, cuando en realidad lo que hacen es reciclar misoginia con formato de chiste malo.
Publican cosas tipo:
— “Si mi novia no cocina, ¿para qué quiero una?”
Y tú lo lees con cara de: “¿Esto es un tuit o una solicitud directa para vivir solo y morir rodeado de gatos que no son tuyos?”
Se creen provocadores, como si hubieran descubierto el límite del humor, cuando lo único que han encontrado es el fondo del barril del ingenio.
— “No aguanto a las feminazis jajaja”
¿Jajaja de qué, Carlos? Si el único que se ríe eres tú… y tu amigo que cree que el patriarcado es un equipo de fútbol.
Lo mejor es que luego, cuando les contestan, se hacen los mártires del teclado: “Buah, no se puede decir nada ya.”
Sí que se puede, campeón, lo que no puedes es decir sandeces esperando aplausos y que nadie te conteste con un zasca pedagógico.
En el fondo, no dan risa: dan tarea. Porque toca explicarles que el humor sin gracia y con machismo no es humor, es un tuit triste disfrazado de chascarrillo.
Así que si ves uno de esos tuits, no te preocupes. Dale like si quieres que lo vea más gente y se ría DE él, no CON él. Porque en esta vida todo se supera...
menos la vergüenza ajena que dan los machirulos con WiFi.
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